El maestro
Agustín de Hipona (354-430) ha sido uno de los máximos maestros de Occidente. Situado en el momento culminante de la caída del Imperio romano, su inmensa y rica obra, escrita en el idioma universal que aquél había dejado establecido, fue el vehículo más eficaz por el que el incipiente mundo cristiano de Europa mantuvo el contacto con la cultura grecorromana. Desde Boecio y Tomás de Aquino hasta Erasmo, Luis Vives y Lutero, de Malebranche y Pascal a Unamuno y María Zambrano, su estela brilla firme e ininterrumpida. «Las Confesiones» y «La ciudad de Dios» han sido modelos siempre...