Bajo las Lilas

La avenida de los olmos estaba cubierta de malezas, el gran portón nunca se abría, y la vieja casona permanecía cerrada desde hacía varios años. No obstante, se escuchaban voces por ese lugar, y las lilas, inclinándose sobre el alto muro parecían decir: «¡Qué interesantes secretos podríamos revelar si quisiésemos! ...», en tanto que del otro lado del portón, una caléndula procuraba alcanzar el ojo de la cerradura para espiar lo que ocurría en el interior. Si por arte de magia hubiera crecido de súbito y mirado dentro cierto día de junio, habría visto un cuadro extraño pero ...
