Rendirse al diablo
Puede que no sea el diablo, pero trabajar para él durante seis semanas es mi idea del infierno. Hayes Flynn es un cabrón arrogante, inmensamente rico, conocido por su afición a las fiestas y por la forma en que reparte su «encanto» británico por todo Hollywood, sin repetir nunca con la misma mujer. Es la última persona para la que quiero trabajar, aunque es guapo por castigo, y cuanto más tiempo pasamos juntos, más me cuesta odiarlo. Porque debajo de su fachada engreída hay un corazón que no quiere mostrar, y que alguien le rompió en pedazos diez años atrás. Parte de mí quiere...