Configuración de la última orilla
Houellebecq poeta. El libro arranca con un poema breve y demoledor: «Cuando muere lo más puro / Cualquier gozo se invalida / Queda el pecho como hueco, / Y hay sombras por donde mires. / Basta con unos segundos / Para eliminar un mundo.» Lo que sigue es igualmente poderoso. Versos como latigazos. Crudos: «los hombres sólo quieren que les coman el rabo», leemos en la sección titulada «memorias de una polla». Meditativos: «Todo lo que no sea puramente afectivo deviene insignificante. Adiós a la razón. Ya no hay cabeza. Sólo corazón.» Punzantes: «Quienes temen morir temen, de...