La ciudad de las almas tristes
Siete años atrás, José Luis Ballesteros destapó un caso de prostitución de menores en Sevilla, con implicados en todas las esferas de la vida social y política, y tuvo que salir del país para salvar el pellejo. Demasiado joven para el periodismo clásico y demasiado viejo para la revolución digital, Ballesteros vive hoy en Madrid reciclado en ‘informador privado’, ocupación con la que gana lo suficiente junto a su socio para comprar chuletones, whisky irlandés y cuerdas para su guitarra eléctrica. Pero un nuevo encargo le obligará a volver a tierras andaluzas. Tendrá que...