Castillos de arena

Abbie tenía miedo. Nunca había tenido que mantener las luces encendidas por sí misma. Pero muchas vidas dependían del faro, y papá dependía de Abbie. Esta es la emocionante historia real de Abbie Burgess, quien en 1856 mantuvo las lámparas del faro encendidas durante una tremenda tormenta en la costa de Maine. Abbie was afraid. She had never had to keep the lights burning by herself. But many lives depended on the lighthouse, and Papa was depending on Abbie. This is the exciting true story of Abbie Burgess, who in 1856 single-handedly kept the lighthouse lamps lit during a tremendous...

Había una vez un hombre que solo tenia tres pelos y los quería tanto que incluso les había puesto nombre. Uno se llamaba Pepito, otro Juanito y el más corto Antoñito. Pese a su complejo, Jorge descubre que si se lo toma con humor, el tener poco pelo puede ser incluso divertido... El hombre que tenía tres pelos es el séptimo cuento de la colección Aprender a leer en letra MAYÚSCULA e imprenta , que está ordenada en función de la dificultad lectora siendo el número 1 el más sencillo y el número 9 el más complejo. En cada página se encuentra el mismo texto: arriba en letra de...

Elevators that give everything for the love of a staircase, a teardrop in love with a handkerchief, a tangerine without a peel, the thoughts of a bus, and many more stories to awaken the imagination. Read this book carefully, and little by little, to enjoy it to the maximum, and to fully experience the different moods that each story evokes.

Hop, hop, hop! Skip, skip, skip! Run, run, run! There's a boy who loves to hop -- high and low, forward and backward. And another one who loves to skip -- over the fields, in town, all around. There's a girl who loves to run -- as light as a feather and as fast as the wind. What happens when they all head to the same place?