Donde las calles no tienen nombre

Un nuevo y apasionante caso del ex inspector Miquel Mascarell y el detective Fortuny que los llevara a las bambalinas del mundo del espectáculo de la Barcelona de post guerra. Noviembre de 1951. Miquel Mascarell ha acabado aceptando la oferta de David Fortuny de trabajar con él en su agencia de detectives. Una elegante mujer, esposa de un importante agente del mundo del espectáculo, los contrata. Su marido está recibiendo amenazas de muerte. Por desgracia un asesinato lo tuerce todo y tendrán que introducirse en los entresijos del mundillo del cine, el teatro, las varietés, con actores...

En estos quince relatos que componen la primera obra de la autora, nada es lo que aparenta ser. Los personajes, los lugares, los tiempos, nos hacen viajar desde los sueños infantiles hacia la cruda vida adulta siempre por sorpresa. La ternura deviene en una cierta crueldad a través de un giro inesperado, a veces sorprendente, a veces hilarante pero en ningún caso nos dejará indiferentes. Es el circo de la vida y como en el circo, pasen y vean, diviértanse.

El inspector Villanueva ha vuelto a recibir una llamada desde Sevilla: "¿Por qué me llama Jiménez? ¿Ha cantado José Manuel Poto? --Tiene varios discos Villanueva, pero del cante que nos interesa de Poto todavía no hay novedad, sigue en la cárcel sin decir ni media. Le llamo por otra noticia mucho peor, me temo. --¿Qué ha pasado? --Hay otra víctima. --¿Cómo que otra víctima? ¿Otro muerto? ¿Pero con una regañá? --No, han elegido un arma aún más peculiar. Será mejor que coja el AVE lo antes posible y lo vea usted mismo, pero tenga una cosa clara: quien quiera que haya...

Esta novela descarnada trata sobre cuestiones sociales. Es una historia sobre lo que sucede en una sociedad africana ficticia en la que la tasa de desempleo es alta entre los graduados universitarios y la economía está llena de delincuentes que se hacen pasar por empresarios legítimos. Fingiendo satisfacer la demanda cada vez mayor de inversores para obtener mayores beneficios, logran engatusar a la sociedad. Estos supuestos expertos financieros se quedan un tiempo esperando su oportunidad, utilizando a su favor los fondos de sus inversores, mientras les arrebatan sus derechos. Las medidas ...