La reina amazona

ROSA Haced alto en el llano desa falda que Manzanares pinta de esmeralda; ligad esos cristianos a esos troncos, cesen los parches de quejarse roncos al eco más vecino de los azotes del porfiado pino; aqueste es Manzanares, aquel río que de las sierras de Castilla frío baja a Madrid tan quedo, que se conoce que me tiene miedo; Branigal, un arroyo que recrea a Branigal su convecina aldea, se entra, renglón de plata, en Manzanares, y Manzanares en Jarama y Nares, y todos tres por uno y otro atajo, porque es nuestro, le dan tributo al Tajo. Aquella puerta que de aquí se advierte, cuya...

El primer amor nunca se olvida. Daniel Bennett siempre ha sido un romántico. Cuando por fin cree que ha encontrado a su pareja perfecta, resulta que ni siquiera era una relación monógama. ¿Lo peor de todo? Le ha prometido a su familia que irá acompañado a pasar una semana de vacaciones con ellos. De eso depende que sus padres decidan ayudarle a financiar su futuro proyecto. Así que en una noche de borrachera le propone a su mejor amigo de la universidad que finja ser su novio. Patrick Carter lleva una vida perfecta. El trabajo perfecto, la casa perfecta, la novia perfecta. Sin embargo, ...

“Desesperado. Podría decirse que estaba desesperado, pero lo que sentía en aquel momento era una mezcla de agobio, ira e impotencia. Miré atrás y vi a la Esperanza contoneándose provocativamente delante de un adolescente lleno de acné y testosterona, que con mirada lasciva observaba a una dependienta que ordenaba unos cuantos cedés de música, estaba claro que ya se había cansado de mí, prefería captar a nuevos adeptos.” De esta forma comienza uno de los veintiún relatos que reúne este primer libro del autor. Veintiún relatos llenos de ironía, de ilusión, de aventuras o...

Me cansé de Jameson. Es el final. Se acabó. Él terminó conmigo, usando como excusa su amistad con mi hermano mayor. Así que me lavé mis manos de él. Descorazonada, intento seguir con mi vida. Pero claro, Jameson no puede hacerme las cosas tan fáciles. Aún sigue habitando mi espacio cada vez que puede, tentándome con sus ojos conmovedores y su astuta sonrisa. Recuerdo muy bien cómo se sentía estar entre sus brazos, bajo su enorme cuerpo, gritando su nombre. Simplemente no me lo puedo quitar de encima. Cada paso que doy lejos de él parece atraernos más, aunque ya hayamos pasado...