Alá superstar

La autora de las «Crónicas del mago negro» nos brinda una nueva historia llena de magia, aventuras y emoción en la ansiada tercera entrega de su aclamada saga «La Ley del Milenio». Los mundos siguen en guerra; su vida, en peligro. Han pasado cinco años desde que los rebeldes se enfrentaron al Raen. Cinco años durante los que Qall, el chico que rescató Rielle, ha crecido entre los viajeros, sin recordar nada de su pasado. Cinco años de caos, que Baluka y los restauradores han tratado de contener. Pero los mundos siguen en guerra, algunos invadidos por máquinas letales, otros...

Relatos eróticos para Mujeres ocultas es una colección de historias inéditas sobre sexo y deseo. Las protagonistas son casi siempre mujeres y los relatos son eróticos, cargados de sexo, fantasía y lujuria. El libro de relatos refleja el erotismo de personas normales: mujeres y hombres que puedes encontrar en la cola del supermercado, en el trabajo, en una calle cualquiera: dos profesores cansados de niños en un autocar, una funcionaria que tiene sueños húmedos que no coinciden con su vida, una chica lista durante las vacaciones, una novia airada, un ingeniero secuestrado en la jungla, ...

Situaciones cotidianas toman un giro fantástico en estos cuentos de Luigi Lescure. Temas de amor, lujuria, triángulos amorosos, crímenes pasionales, vanidad y metaficción, hacen de esta colección de relatos breves, un libro ingenioso y ameno. Este es el tercer libro de cuentos de Luigi Lescure, al que preceden las obras ''Pecados con tu nombre'' y ''Capítulos finales''

Tú eres para mí: "Maud y Sandra Marshall entraron en el comedor particular, situado junto a la cocina, y mientras Maud asomaba la cabeza por la puerta, Sandra dejándose caer ante la mesa. Maud vestía un pijama negro y una bata oscura. Su cabello era rubio y lo llevaba enroscado en unos moñitos ridículos. Tenía veintidós años y unos ojos azules, sin expresión definida... Su hermana Sandra vestía también pijama, de un color verde chillón, y una bata amarilla. Sandra contaría a lo sumo veinticuatro años y sus ojos eran de un azul gris y de fría expresión. No eran bellas, pero...