Los coquíes aún cantan

Tengo 16 años, soy portera de fútbol y aunque me llamen Vicente, mi nombre es Estrella. No me gusta leer y nunca me he acabado un libro, pero mi amigo Fede me ha pedido que le ayude a encontrar a su escritor preferido. Y nos hemos metido en un lío... Aunque, claro, quién se podía imaginar que ese "escritor" en realidad... bueno, bueno, mejor te lo cuento desde el principio.

"Vosotros... nos... matasteis". Es diciembre; se acerca el día de Santa Lucía. Sin embargo, los vecinos de Mariefred no se imaginan a qué celebración tan terrorífica van a asistir este año. Un juego en principio inocente acabará teniendo inesperadas y peligrosas consecuencias: se abre una puerta que conecta con el Más Allá y tres espectros malignos comienzan a vagar por el pueblo. Alrik y Viggo se verán obligados a buscar la ayuda de una persona versada en magia. Alguien que no les cae bien y en quien no confían, pero no hay más remedio: tienen que someter a las espantosas...

Un cuento destinado a ayudar a todos aquellos niños que llevan gafas. Porque los cuentos de hadas existen y los niños deben saberlo. ¿Que no existimos? Ya te haremos cambiar de opinión, te llevaremos a dos mundos diferentes y mágicos...

Descubrir el amor, vivir la alegría y la nostalgia, vagar libremente entre la fantasía y la realidad son cosas que trazan el perfil de la adolescencia. De esa materia está hecho este libro que, también, nos habla del sentido de la justicia o del dolor, del mundo de los jóvenes dibujado con luces y sombras. Cuentos juveniles -pero para todas las edades-, los que conforman estos Castillos de arena tienen el encanto y la fascinación de lo frágil y único, de lo bello y perdurable: arena que marca una edad y un territorio de ilusiones.