A Solas Contigo

Las últimas palabras que Jesús dijo en la cruz son una especie de “testamento septenario”. En ellas se sintetiza la enseñanza del Hijo de Dios para iluminar nuestra vida. Son siete breves advertencias que marcan una ruta espiritual de gran sabiduría para que las recordemos y las meditemos.

Esta es una lectura intensa con una mirada de la iglesia cristiana a lo largo de los siglos, que brinda mensajes poderosos para nuestros tiempos. Muchos miembros de la iglesia saben poco o nada sobre la historia del cristianismo entre el período del Nuevo Testamento y la actualidad. Por lo tanto, es posible que no se den cuenta de cuánto han sido influenciados por las tradiciones desarrolladas durante ese tiempo. Estas pueden tener un benefi cio tanto negativo como positivo. Negativo, porque "quien olvida la historia está condenado a revivirla". La mayoría de los errores que cometemos y...

Manuel Peña nos ofrece en Andalucía: Inquisición y Varia Historia un acercamiento novedoso a algunos de los aspectos más controvertidos de la historia de Andalucía, como el complejo proceso de su formación territorial en los siglos modernos, el impacto cultural y social de la temida Inquisición en la vida cotidiana o el debate sobre las memorias históricas. Además se incluyen otros estudios que amplían la visión clásica de la historia de Andalucía, como son las experiencias transgresoras en la frontera con Portugal o las vivencias de emigrantes andaluces bajo la hegemonía del...

Cristo tiene siempre algo que decirnos, a cada uno en particular, personalmente: en el Evangelio, en la doctrina de la Iglesia, en la liturgia. Se incluyen las meditaciones correspondientes para el mes de agosto de 2017, desde el martes de la 17ª semana del tiempo ordinario al jueves de la 21ª semana del tiempo ordinario, con meditaciones alternativas para días señalados, junto con las lecturas de la Santa Misa. El lector se siente ayudado a conversar con Dios de la vida misma: de sus situaciones reales cotidianas, de sus penas y afanes concretos. Por eso Hablar con Dios no es un tratado...