Abolición del poder político

Florencio García Fernández fue un destacado escritor, poeta y ensayista español, nacido en Burgos en 1940. García Fernández es conocido por su rica producción literaria y su contribución al panorama cultural de España. Desde una edad temprana, mostró un profundo interés por la literatura, influenciado por los autores clásicos y contemporáneos de su país.

Su carrera literaria despegó en la década de 1960, momento en el que comenzó a publicar poesía y ensayos en diversas revistas literarias. Su estilo se caracteriza por un profundo lirismo y una reflexión constante sobre la identidad y el lugar del individuo en la sociedad. A lo largo de su vida, García Fernández ha sido un defensor de la literatura como medio para explorar y expresar las complejidades de la existencia humana.

Además de su faceta como escritor, García Fernández ha trabajado como profesor de literatura, transmitiendo su amor por las letras a nuevas generaciones. Su compromiso con la educación y la promoción de la lectura ha sido esencial para su carrera, siendo un referente para estudiantes y jóvenes escritores.

A lo largo de su trayectoria, ha sido reconocido con varios premios literarios, que destacan su habilidad para jugar con el lenguaje y su capacidad para crear imágenes poéticas vívidas. Su obra abarca diversos géneros, desde la poesía hasta el ensayo, lo que lo convierte en un autor polifacético y versátil.

Uno de los temas recurrentes en su obra es la exploración de la memoria y el tiempo, aspectos que reflejan su interés por la historia y su relación con el presente. Su aproximación literaria se caracteriza por una búsqueda constante de la verdad y una crítica hacia las convenciones sociales.

Florencio García Fernández continúa dejando una huella indeleble en la literatura española, no solo por su obra escrita, sino también por su influencia en las generaciones futuras de escritores y lectores. Su legado sigue vivo, reflejando la riqueza de la experiencia humana a través de la literatura.

Uno de los jefes del proyecto de la bomba atómica norteamericana ha estado desarrollando, paralelamente a su trabajo oficial, una máquina capaz de dominar la mente humana. Casi sin ser consciente, se encuentra en el medio de una guerra silenciosa entre espías nazis, norteamericanos y soviéticos. Todos están enfrascados en raptarlo, para obtener de él la continuidad de la bomba. Nadie conoce en realidad la magnitud del poder de la máquina que se encuentra en la casa del científico... Los historiadores no se explican por qué, si la segunda bomba atómica estaba programada para el día...

Con su labor de lectora y de investigadora de oficio, Elisa Moyano realiza un viaje por la obra narrativa de la escritora argentina Liliana Bellone, un merecido reconocimiento a la producción literaria de quien obtuvo en 1993 el Premio de Casa de las Américas de Cuba y en 2020, el de la Universidad de Castilla la Mancha y Verbum. Con sesgo riguroso y detenido hasta en los detalles más imperceptibles, su viaje le permite radiografiar, para exponer con claridad, el exquisito imaginario de Bellone quien, en la efervescencia de sus conocimientos y de sus lecturas abre el juego a un amplio...

El miedo es un termómetro esencial que compartimos las personas de todas las culturas, géneros y edades del mundo, una especie de radar que avisa a nuestro cuerpo cuando debe prepararse, y que ha hecho que nos mordiéramos la lengua en más de una ocasión para mantenernos a salvo. Pero cuando no sabemos qué hacer y está a punto de vencernos, es también un amplificador que va en nuestra contra y hace que no nos enfrentemos, precisamente, a lo que nos paraliza. ¿Le tenemos miedo a lo que realmente tendríamos que temer? Y, en cambio, ¿le tenemos miedo a cosas que no nos tendrían que...

Ovidio pasa unas «vacaciones» en casa de su amigo Máximo Cota (Ponto II 3, 83). Una terrible noticia le llega. Mediante un decreto de Augusto, recibe la fatal orden por la que se le destierra a Tomis (la actual Constanza rumana), en la nación de los getas, a orillas del mar Negro. Ovidio estaba en su momento de máximo esplendor literario, reconocido por sus coetáneos como el mejor poeta vivo, y después de haber glorificado a Julio César y divinizado como Júpiter al propio Augusto en sus todavía inacabadas Metamorfosis.