Madrugadas y Otros Pecados

Luis Alberto de Cuenca nació en Madrid el 29 de diciembre de 1950. Es profesor de Investigación del CSIC. Ha obtenido, entre otros, el Premio de la Crítica con La caja de plata (1985), el Nacional de Traducción con su versión del Cantar de valtario (1987) y el Premio de Literatura de la Comunidad de Madrid por la totalidad de su obra poética (2006). Ha publicado en la colección Visor Por fuertes y fronteras (1996), Sin miedo ni esperanza (2002), La vida en llamas (2006) y Los mundos y los días, recopilación de su poesí completa (3a edición, 2007). Otros libros de versos suyos son...

En palabras de José Hierro, José María Muñoz Quirós sigue la vía del verdadero poeta: desprenderse de todo lastre que impida el vuelo (el primer puesto de lastre inútil reside en los adjetivos inútiles, de relleno para el metro o la rima). Sobrio, preciso y que, por poético, dice más de lo que dice... Y todo reaparece en la memoria entre luces, sombras, misterios de lo evidente, niebla, desconsuelo, desolación... hermoso sin afeites. Es pura desnudez del espíritu¿.

Al hablar de poemas por lo general entendemos que se habla del amor en cualquiera de sus formas, desde la relación de pareja hasta la relación con familiares y amigos. En éste libro se incluyen por supuesto poemas de amor y romance, desamor y decepción, pero además encontrará poemas con una gran variedad de temas; con enfoque religioso donde se intenta motivar al lector a formarse su propia opinión; con enfoque familiar y social donde se pretende concientizar al lector acerca de algunos problemas de la vida diaria que enfrentamos como sociedad. También encontrará reflexiones en verso ...

Este mundo ha matado su hemisferio derecho. Su sueño es un desorden surreal. No sabe cerrar los ojos; no sabe imaginar. Y en su deseo de atrapar el límite de las estrellas flota lejos del origen como planetoide de la galaxia. Los héroes se esconden entre los ciclos diminutos de la fe: los hay en Marte, los hay en Júpiter, los hay en el antiespacio. Se reconocen por sus auras y aureolas. Se reconocen por su linaje y textura. Se reconocen porque desplazan montañas persistiendo. Arte es el héroe del mundo, el que de antaño sin alas desfigura. Será de línea difusa y de trazo...