Tú, siempre, todavía

Continúa la serie de aventuras «Percy Jackson y los Dioses del Olimpo», iniciada con El ladrón del rayo, con esta apasionante entrega. En pleno siglo XXI, los antiguos dioses griegos han creado un mundo secreto a nuestro alrededor, donde el monte Olimpo se encuentra encima del Empire State y el reino de Hades en el subsuelo de Los Ángeles. Desde que sabe que es hijo de un dios y una mortal, Percy Jackson espera que el destino le depare continuas aventuras. Y su expectativa se cumplirá con creces. Aunque el nuevo curso en la Escuela Meriwether transcurre con inusual normalidad, un simple ...

Joven bruja trae entidad indeseada para realizar un deseo. Zaíra, una bruja todavía en formación, a través de las instrucciones de un misterioso y poderoso grimorio, rescata de un foso de abominaciones una criatura capaz de devolverle lo que perdió en un grave accidente. Pero la inexperiencia y la ambición de la joven pueden causar problemas, ya que todo deseo solo puede ser saciado si se ofrece algo a cambio.

Dos jóvenes aparentemente opuestos y con crisis vitales muy distintas encuentran una conexión inesperada justo cuando más la necesitan. Kit le pide a David que le ayude a investigar las causas del trágico accidente de coche en el que muere su padre. Pero ninguno de ellos es consciente de lo que encontrarán. ¿Será su amistad lo suficientemente fuerte para sobrevivir a la verdad? A veces, una nueva perspectiva es todo lo que se necesita para darle sentido al mundo.

Andrea es una mujer que valora su independencia, su capacidad de enfrentar desafíos, su profesión. Trabaja en una empresa de informática y es realmente muy buena con las computadoras, pero hostil y distante con las personas. Charo y Nahuel, sus amigos de siempre, la quieren a pesar de eso. Y cada jueves se reúnen a tomar algo para charlar de todo y de nada, y para criticar a los ausentes. Pero Andrea carga con el peso de la tragedia, una de la que no habla. Recuerdos que la superan y desbordan, que le impiden avanzar pesa a estar guardados bajo siete llaves. Sin embargo, un trabajo...