César Vallejo, nacido el 16 de marzo de 1892 en Santiago de Chuco, Perú, es considerado uno de los más grandes poetas de la literatura en español del siglo XX. Su obra, marcada por el sufrimiento y la búsqueda de la justicia, refleja su profunda sensibilidad ante la condición humana y las injusticias sociales de su tiempo.
Desde joven, Vallejo mostró interés por la literatura y la poesía. Estudió en el Colegio Nacional de Santiago de Chuco y luego se trasladó a la ciudad de Trujillo para continuar su formación en la Universidad de Trujillo, donde se graduó en filosofía y letras. Su temprana vida estuvo marcada por la pobreza y la adversidad, experiencias que influyeron en su escritura y temática poética.
En 1919Los Heraldos Negros, el cual fue recibido con críticas mixtas pero que evidenció su habilidad para explorar el dolor y el sufrimiento. Sus versos reflejan un profundo sentido de desolación y angustia existencial, elementos que se convertirían en características recurrentes en su poesía.
Vallejo se trasladó a Lima en 1920, donde se relacionó con importantes figuras literarias de su tiempo. Durante este periodo, también se involucró en actividades políticas y sociales, influenciado por su deseo de cambiar la realidad que le rodeaba. En 1931, publicó Trilce, una obra revolucionaria que desafió las convenciones poéticas de la época y que es considerada una de las más grandes contribuciones a la literatura vanguardista. Este libro es conocido por su lenguaje experimental y su estructura innovadora, así como por su profundo simbolismo.
A lo largo de los años, Vallejo vivió en diferentes países, incluidos Francia y España, donde se unió a la causa republicana durante la Guerra Civil Española. Su experiencia en Europa expandió su visión del mundo y su compromiso político, lo que se reflejó en su poesía. En 1939, publicó Poemas de la Guerra Civil Española, una obra que denuncia la barbarie de la guerra y la opresión.
A pesar de los éxitos literarios, Vallejo enfrentó numerosas dificultades a lo largo de su vida. Su salud fue frágil y, a menudo, se encontró en condiciones de pobreza. Sin embargo, su espíritu indomable y su profundo sentido de la humanidad lo llevaron a seguir escribiendo y luchando por sus ideales. En sus últimas obras, como El profundo y España, aparta de mí este cáliz, Vallejo continuó explorando temas de dolor, angustia y esperanza.
La muerte de César Vallejo ocurrió el 15 de abril de 1938 en París, Francia, pero su legado perdura. Su poesía sigue siendo estudiada y admirada por su capacidad de abordar la complejidad de la vida humana. Vallejo se ha convertido en un símbolo de resistencia y compromiso social, y su obra sigue inspirando a generaciones de lectores y escritores en todo el mundo.
Hoy en día, César Vallejo es recordado no solo como un poeta excepcional, sino también como un defensor de la justicia y los derechos humanos. Su influencia se extiende más allá de la literatura, y su voz sigue resonando en la lucha por un mundo más equitativo.